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martes, 17 de junio de 2014

Emoción Expresión Arte Salud Biodescodificación Atender la emoción origen del conflicto EUREKA!

Entrevista a Christian Flèche, psicoterapeuta, 
padre de la teoría de la descodificación biológica, 
realizada por Inma Sanchìs, en La Vanguardia
El cuerpo es nuestra herramienta de curación?
Yo era enfermero en un hospital de Normandía y observe que pacientes con la misma enfermedad, tratamiento y doctor evolucionaban de manera muy diferente.

Bueno, cada uno es cada cual...
Exacto, mi hipótesis es que las enfermedades son una metáfora de las necesidades físicas y emocionales de nuestro cuerpo. Cuando no hay una solución exterior a esa necesidad, hay una solución interior.

¿Eso es para usted la enfermedad?
Sí, una solución de adaptación. Cada órgano del cuerpo quiere satisfacer su propia función, es decir, atrapar oxígeno, alimentos... Si el cuerpo quiere comer, pero en el exterior hay guerra y no lo consigue en un plazo razonable, se produce un shock.

¿Nace el conflicto?
Sí, el inconsciente inventa una vía suplementaria de supervivencia: un síntoma, que es una solución o una tentativa de solución inconsciente e involuntaria a ese shock vivido. En ese caso, el miedo a morir de inanición atacaría el hígado.

Póngame otro ejemplo.
Una persona que siempre tiene prisa puede desarrollar un nódulo en el tiroides, que envía más tiroxina y aumenta el metabolismo del cuerpo, eso la hará más rápida.

Pero tener prisa es psicológico.
Todo lo que captamos a través de los cinco sentidos, de los captadores neurovegetativos que vienen del interior del cuerpo, lo que pensamos o imaginamos, se traduce en realidad biológica.

¿Y provoca un síntoma?
Si no hay una solución concreta y consciente, sí. De manera que si escuchamos algo muy desagradable que nos afecta podemos tener acidez de estómago. Y hay algo muy importante que tener en cuenta.

Dígame.
El cerebro no distingue entre lo real o lo imaginario. Un trozo de limón en la boca o la idea de un trozo de limón en la boca provocan la misma salivación. En función del sentimiento particular, el shock afecta a una zona precisa del cerebro, visible por el escáner, a un órgano y a una realidad energética.

¿Realidad energética?
Somos una unidad compuesta de cuatro realidades inseparables: orgánica, cerebral, psíquica y energética. No hay ni una sola célula del cuerpo que escape al control del cerebro, y este no escapa al control del pensamiento, consciente o inconsciente; de manera que ni una célula del cuerpo escapa al psiquismo. Un shock siempre va acompañado de un sentimiento personal que repercute en los cuatro niveles biológicos.
Cuando encontramos la solución esos cuatro niveles sanan simultáneamente. Una paciente tenía dolor en el hombro. "¿Desde cuándo?", le pregunté. "La primera vez estaba sola con mis hijos" "Si estas con tus hijos, no estás sola, ¿quién falta?" "Mi marido que nunca está, yo necesito estar arropada". Cuando lo reconoció, el dolor desapareció.

A lo largo de un día no satisfacemos todas nuestras necesidades fundamentales.
Cuando no las satisfacemos, nace una emoción. Si esa emoción se libera en el exterior bajo una forma artística, a través de la palabra, el baile o los sueños... todo va bien. Cuando el acontecimiento no está expresado, queda impreso y el cuerpo será el último teatro de ese evento.

¿Todo conflicto provoca enfermedad?
No, es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución. Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la biología.

¿Distintas emociones corresponden a distintos órganos del cuerpo?
Sí, todo lo que tiene que ver con la epidermis responde a conflictos de separación; el esqueleto, a una desvalorización; la vejiga corresponde a conflictos de territorio. Para las mujeres diestras, problemas en el seno y hombro izquierdos corresponden a problemas con los hijos y viceversa para las zurdas; los desajustes en el seno y hombro derechos corresponden para las diestras a problemas con la pareja y viceversa.

¿Estómago e intestino?
No tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se tiene corresponde al duodeno y estómago. El colon corresponde a un conflicto asqueroso, podrido. En el recto están los problemas de identidad: "No me respetan y me dejan de lado". Los riñones es la pérdida de puntos de referencia. Los huesos: grave conflicto de desvalorización...

¿Lo adecuado para estar sano?
Revalorizar las emociones, ser consciente de las emociones y expresarlas, es decir: bailar más a menudo. La gente está mucho tiempo en lo emocional pero son emociones procuradas: fútbol, cine... Un malestar compartido disminuye a la mitad, continúa compartiéndolo y acabará desapareciendo. Una felicidad compartida se multiplica por dos.

La ira y la violencia se expresan a sus anchas.
Un hombre tiene miedo, el miedo produce rabia, y la descarga enfadándose con su mujer. Cuando estamos en contacto con la emoción auténtica, se transforma; cuando lo estamos con la emoción de superficie, no hay cambio. Si el hombre se dice: "Lo que tengo es miedo", su miedo disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia de uno mismo.

Las enfermedades son una tentativa de autocuración, una reacción biológica de supervivencia frente a un acontecimiento emocionalmente incontrolable, de manera que cualquier órgano dañado corresponde a un sentimiento preciso y tiene una relación directa con las emociones y los pensamientos. Junto al doctor Philippe Levy, Flèche creó nuevos protocolos para organizar un método de diagnóstico original emocional y una nueva forma de terapia breve que busca en las emociones el origen y la solución a las enfermedades. Tiene publicados 17 libros sobre la descodificación biológica, cuatro de ellos traducidos al español. El cuerpo como herramienta de curación (Obelisco) ha vendido tres ediciones

Medicina Tradicional China: Medicina Tradicional China para los occidentales

Medicina Tradicional China: Medicina Tradicional China para los occidentales: Por Prof. Juliana Guzmán En el comienzo de un curso de medicina china, pregunté a un grupo de alumnos cuántos estaban seguros de llegar ...


Medicina Tradicional China para los occidentales

Por Prof. Juliana Guzmán

En el comienzo de un curso de medicina china, pregunté a un grupo de alumnos cuántos estaban seguros de llegar a ejercer como médicos chinos. Cuál no sería mi sorpresa al observar cómo la gran mayoría levantaba la mano. Me pregunté si la motivación tenía que ver con la intuición de la riqueza de la medicina china o si sólo, y no es cosa menor,  les impulsaba la necesidad de trabajo, o la curiosidad por lo desconocido…

Estas preguntas me llevaron a una serie de reflexiones sobre el lugar que ocupa la  medicina china  en nuestros intereses y el  papel que  puede cumplir en nuestra forma de entender el acto terapéutico. Estudiar medicina china no es fácil. Supone una mezcla compleja de  estudio, experimentación, replanteamiento,  intuición, de  inspiración, de observación....
 
Me consta que para muchos, uno de los atractivos de la  medicina china es que pone en conexión al ser humano con la naturaleza. Es enigmático el hecho de que, observando y estudiando las plantas, los minerales, los animales, los chinos de hace más de 3000 años supieran ver que somos parte de la naturaleza y que participamos de un mismo orden... ¿Cómo pudieron encontrar la similitud  entre lo que ocurre en la naturaleza y lo que le ocurre al ser humano? ¿Cómo pudieron crear todo un cuerpo teórico y práctico, con tratamientos eficaces, basados en  una interacción del hombre con el Cosmos? Desde luego, su capacidad para hacer viajes de ida y vuelta  de lo concreto a lo abstracto y de la experiencia al pensamiento, debía de ser importante. Seguramente debían de tener capacidades que hoy intentamos suplir con  la tecnología.

Es curioso que la ciencia actual esté constatando fenómenos que, de algún modo, ya estaban descubiertos por los antiguos, también occidentales: véase, por ejemplo, cómo Hipócrates, Paracelso y las corrientes vitalistas en medicina,  consideraron que hay una interacción real del hombre con el Cosmos y que existe una fuerza constructiva en todo lo que existe. Paracelso, el alquimista y médico del Renacimiento, indicó además que esta fuerza invisible irradia de una persona a otra y podría actuar a distancia. Mesmer llamó “gravitas universalis” al fluido que todo lo penetra y lo relacionó con la influencia magnética.  Las teorías de campo en la física, desde la gravitatoria, electromagnética, relatividad y leyes y principios basados en los conceptos de resonancia, refuerzo e interferencia…,  parece que pueden dar en la actualidad algún soporte teórico a estas ideas. Con todo, la ciencia positiva recela porque no hay una explicación que encaje en el cuerpo teórico admitido por la comunidad científica. Pero, la realidad se manifiesta tozudamente y cada vez son más las personas que demandan ser tratadas con MEDICINA CHINA y otras terapias alternativas a la ortodoxia médica  y la mayoría de las veces, para sorpresa de su médico, encuentran vías de solución a sus problemas. Otras veces son los mismos médicos occidentales los primeros interesados en estudiar tratamientos que les obligan a mirar de otro modo la salud y la enfermedad.
Dos formas de medicina, en fin, que no deberían ser excluyentes,  puesto que donde una no puede llegar, quizá pueda hacerlo la otra. La cuestión estribaría en examinar la eficacia de una u otra sin compararlas. Parece ser que la medicina occidental es con frecuencia más eficaz cuando tiene una idea clara y definida de la etiología de la enfermedad (infecciones bacterianas, por ejemplo); pero en casos crónicos, la medicina china parece dar mejores resultados sobre todo porque evita los problemáticos efectos secundarios de la medicación y las enfermedades iatrogénicas resultantes.

La medicina china considera importantes aspectos del cuerpo humano que no son significativos para la occidental y a la inversa. La estructura lógica que guía las intuiciones clínicas de los médicos y su juicio crítico, difieren radicalmente en ambos enfoques. Lo que dice Michel Foucault acerca de la percepción médica en diferentes períodos históricos, se podría aplicar a estas dos diferentes tradiciones: “No solamente los nombres de las enfermedades, no solamente la agrupación de sistemas no eran iguales; sino que los códigos de percepción fundamentales que se aplicaban a los cuerpos de los pacientes, el campo de los objetos a los que se dirige la observación, las superficies y profundidades que recorre la mirada del doctor, la totalidad del sistema de orientación de su observación , variaba”.
La medicina china pone un énfasis especial en los sistemas de diagnóstico mediante un interrogatorio certero, una palpación precisa, una observación minuciosa, un olfato afilado…, y con ello nos invita a poner a funcionar los recursos del pensamiento, la experimentación, la comunicación terapéutica mediante la palabra, las posibilidades de interferencia con nuestros pacientes…

Sin embargo, en nuestra sociedad de consumo, estamos olvidando un  bien precioso: el manejo del tiempo, del pensamiento y de la experiencia. Nos toca vivir un tiempo sin tiempo, en el que gobiernan las prisas, la urgencia por ser productivos, la imperiosa necesidad de acallar los síntomas y no las causas de las enfermedades. 
En medio de estas circunstancias, sin embargo, aumenta el número de estudiantes que se deciden por una medicina que recupera el tiempo de las cosas,  la medida, la justeza, el ritmo pausado del quehacer terapéutico, el tiempo en el que las cosas revelan significados….

Recuperar al hombre armonioso en relación con los ritmos naturales es una ingente, pero inapelable, tarea en nuestro mundo actual: muchas enfermedades desaparecerían como por ensalmo. La medicina china, nos exige sentarnos a hablar con calma con nuestros pacientes, observarlos,  tocarlos, tratarlos como lo hacían antiguamente nuestros médicos de cabecera.
La medicina china nos compromete a reconquistar protagonismo y participación en el acto terapéutico, sin rechazar y sí aprovechando, por supuesto, todo aquello que el avance tecnológico pone en nuestras manos “como ayuda” para interpretar las enfermedades. Una prueba clínica, manifiesta parámetros que encuentran  explicaciones, también, en los hábitos de cada día del enfermo.

Alguien podría preguntar  ¿quién necesita en estos tiempos de la interpretación a escala humana de las enfermedades? ¡Si ya los sistemas de diagnósticos están protocolizados!, ¡si ya las pruebas clínicas y todo el arsenal terapéutico y farmacológico está previsto para la mayoría de las enfermedades!. Poco a poco, las máquinas se están convirtiendo en nuestros sentidos, nuestros ojos, nuestros oídos, nuestra memoria. Poco a poco nuestras vidas se están automatizando y respondemos según un programa de conductas previstas…
Termino respondiendo a la pregunta inicial ¿qué nos impulsa a interesarnos por los Estudios Superiores de medicina china? …¿Quizá otras formas de vivir y de entender al ser humano?

miércoles, 11 de junio de 2014

Quinoa Alimento que contiene los 7 aminoácidos esenciales.

QUINOA




La quinoa o como también se llama quinua, está considerada un pseudocereal, ya que se trata de una hortaliza.
Pertenece a la misma familia de las quenopodiáceas igual que las espinacas.

Sus semillas tienen forma de perla, son pequeñas y de color marfil.

El origen de la quinoa es de hace 5.000 años a. C. en Perú, los Incas la veneraban y la llamaban "madre cereal", por ser la base de su alimentación.

Alimento que contiene los 7 aminoácidos esenciales. Por lo que su proteína es de alto valor biológico, como la proteína animal. Contiene un 14% de proteína.

Tiene un contenido destacado en hiero, calcio, fósforo y potasio, fibras alimentarias y vitaminas del grupo B, C y E.
Alimento apto para celíacos por no poseer gluten.

Se necesita 2 medidas de agua por cada medida de quinoa. Antes se tiene que lavar para quitar restos de polvo y también para que no amargue debido al gran contenido que tiene de saponinas.
Se pone en el agua fría y cuando llegue a ebullición se baja el fuego y se tapa. Tras aproximadamente 15 minutos estará lista. También podemos saber si esta lista si el anillo que protege al grano de quinoa se desprende de ella.
Si debemos añadir sal, lo haremos al final de su cocción.

Es de fácil digestión.

Como ya os he dicho infinidad de veces, mucho mejor si la consumís de cultivo biológico.

Gracias por leerme.http://alimentacionholistica.blogspot.com/2010/08/quinoa.html
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