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La Postura "en cuclillas"
Más que ninguna otra, la postura en cuclillas abre las lumbares inferiores.
Activa la fuerza motora latente de la pelvis, abre las ingles,
flexiona las articulaciones de las caderas y crea presión descendente,
facilitando la liberación de excrementos, gases y toxinas.
Por el empuje gravitatorio que provoca,
agita la corriente de Qi Terrenal que se mueve hacia el perineo,
despierta los fluidos espinales en el sacro, abre y alarga la columna,
reequilibra las vértebras y abre paso a la corriente Qi
que asciende al centro coronario y a la glándula pineal.
En esta postura la respiración interna
masajea los pulmones y el corazón,
mientras el Tan Tien ayuda al corazón,
asumiendo su función de bombeo,
activando y facilitando los flujos de sangre y Qi.
Esta postura también contribuye significativamente a estirar los músculos psoas.
Estos dos músculos se anclan entre la última vértebra dorsal (Du Mai 12)
y las cinco primeras lumbares,
siguen en sentido transversal y descendente,
uno a cada lado de la columna, hasta la cabeza de los fémures.
En el curso de su trayecto, el psoasilíaco
se relaciona con importantes órganos:
diafragma, riñones, uréteres, vasos renales, colon,
ciego, arterias ilíacas primitivas,
y arterias y venas ilíacas externas.
Especialmente íntima es su relación
con el plexo lumbar, que lo atraviesa.
Los músculos psoas nos sirven para
mantenernos erguidos, para caminar y levantar las piernas.
Actúan también en el movimiento
de las caderas y el tronco.
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