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miércoles, 15 de julio de 2015

Chuang Tzu - Ayuno de Corazón




El libro de Chuang Tzu, 
no sólo es una de las cumbres de la literatura universal, 
sino también un libro clave para comprender y profundizar 
en la fecunda perspectiva de la realidad que ofrece el taoísmo, 
una perspectiva que es más bien todo lo contrario, 
una anulación de todos los puntos de vista posibles. 
Para Octavio Paz, Chuang Tzu
 “no sólo es un filósofo notable sino un gran poeta, 
el maestro de la paradoja y del humor, 
puentes colgantes entre el concepto y la iluminación sin palabras”.

El libro fue redactado a mediados del siglo IV antes de Cristo, 
en una época convulsa y activa 
en lo político, lo intelectual y lo artístico. 

Suele suponerse que los primeras partes de la obra, 
con 33 capítulos de extensión, pertenecen al propio Chuang-Tzu, 
pero que el resto son recopilaciones de anécdotas de la vida del propio autor
 o bien invenciones y variaciones incorporadas por sus seguidores. 

El libro es un variado compendio de 
poemas, reflexiones, cuentos, diálogos y chascarrillos. 
En ellas aparecen todo tipo de personajes, 
en ocasiones el propio Chuang-Tzu o Confucio, 
a veces para ser criticado y otras como prototipo del sabio, 
tal y como sucede en e l relato que presentamos en esta entrada: 
“Ayuno de Corazón”. 
El sabio en el Taoísmo, nos recuerda de nuevo Octavio Paz, 
“es aquel que está en relación -en contacto, 
en el sentido directo del término- 
con los poderes naturales. 
El sabio obra milagros porque es un ser en estado natural 
y sólo la naturaleza es hacedora de milagros.”

ChuangLa versión de Thomas Merton


Para el monje y escritor cristiano Thomas Merton,
“la totalidad de las enseñanzas, 
el “camino” contenido en estas anécdotas, poemas y meditaciones, son características de cierta mentalidad que aparece por doquier en el mundo, un cierto gusto por la simplicidad, por la humildad, la autodifuminación, el silencio y, en general, la negativa a tomar en serio la agresividad, la ambición, el empuje y la prepotencia que debe uno exhibir para funcionar dentro de la sociedad. Este otro es un “camino” que prefiere no llegar a ninguna parte en el mundo, ni siquiera en el terreno de algún logro supuestamente espiritual”. 

Merton estudió durante años el manuscrito anotando márgenes, practicando y reflexionando cuanto encontraba en él. Conocidos le sugirieron publicar fragmentos de su personal versión de la obra. Si bien, como él mismo reconocía en el prólogo, apenas conocía uso cuantos caracteres chinos, siguiendo el consejo de tales amigos, se decidió a compartir su visión personal de la obra en un libro titulado 

“El camino de Chuang-Tzu”. De dicho libro extraemos la siguiente narración.

chuang libro


“Dígame”, dijo Yen Hui. “¿Qué es el ayuno de corazón?” Confucio respondió: “El objetivo del ayuno es la unidad interior. Esto significa oír, pero no con los oídos; oír, pero no con el entendimiento; oír con el espíritu, con todo tu ser. Oír sólo con los oídos es una cosa, oír con el entendimiento es otra. Pero oír con el espíritu no se ve limitado a una facultad u otra, al oído o a la mente. Por tanto, exige el vacío de todas las facultades. Y cuando las facultades quedan vacías, la totalidad del ser escucha. Se da entonces una captación directa de aquello que está frente a ti y que no puede ser escuchado con el oído o comprendido por la mente. El ayuno del corazón vacía las facultades, te libera de las limitaciones y de las preocupaciones. El ayuno del corazón da a luz la unidad y la libertad.”
“Ya veo”, dijo Yen Hui. “Lo que obstruía mi camino era mi propia conciencia de mí mismo. Si consigo empezar el ayuno del corazón, esta conciencia de mi mismo desaparecerá. ¡Entonces me veré libre de limitaciones y preocupaciones!¿Es eso lo que quiere decir?”
“Sí”, dijo Confucio, “¡eso es! Si eres capaz de hacerlo, quedarás capacitado para ir al mundo de los hombres sin afectarlos. No entrarás en conflicto con su propia imagen ideal de sí mismos. Si están dispuestos a escuchar, cántales una canción. Si no, mantente en silencio. No intentes echar abajo sus puertas. No pruebes nuevas medicinas con ellos. Limítate a estar entre ellos, porque no tienes otra misión que ser uno de ellos. ¡Entonces podrás tener éxito!
Es fácil mantenerse quieto y no dejar rastro, pero es difícil andar sin tocar la tierra. Si sigues los métodos humanos, podrás engañar y aun salir bien librado. En el camino del Tao, el engaño es imposible. Sabes que se puede volar con alas; aún no has aprendido a volar sin ellas. Estás familiarizado con la sabiduría de aquellos que saben, pero aún no conoces la sabiduría de aquellos que no saben.
Observa esta ventana: no es más que un agujero en la pared, pero gracias a ella todo el cuarto está lleno de luz. Así, cuando las facultades están vacías, el corazón se llena de luz. Al estar lleno de luz, se convierte en una influencia por medio de la cual los demás se ven secretamente transformados.”
NOTAS
El relato y los textos citados en esta obra pertenecen a dos libros:
- Thomas Merton. El camino de Chuang Tzu. Editorial Lumen, Argentina, 2005.
– Octavio Paz. Chuang-Tzu. Editorial Siruela. Colección Biblioteca de Ensayo. Madrid. 2000.

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