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lunes, 1 de septiembre de 2014

LOS ÓRDENES DEL AMOR Bert Hellinger




LOS ÓRDENES DEL AMOR
(artículo de Tiiu Bolzmann)
Desde el momento en que llegamos a la vida
pertenecemos a un determinado sistema de relaciones familiares.
Más tarde nos integramos a otros sistemas como:
el colegio, grupo de amigos, equipos de trabajo y
 otros más amplios como lo son las religiones, culturas, países
y, al final, al sistema del universo.

Y en todos estos sistemas existen Órdenes,
en... cada uno de distinta manera,
que al respetarlos nos permiten avanzar y vivir en sintonía,
en caso contrario nos detienen.

De manera que al respetarlos
nos permiten avanzar y vivir en sintonía,
en caso contrario nos detienen.

De manera más fuerte sentimos los Órdenes en la familia:
Si los respetamos, el amor puede fluir.
Por eso Bert Hellinger los llama: “Órdenes del Amor”.


Todos somos miembros de nuestro Sistema Familiar.
Todos somos hijos de un padre y una madre,
 que a su vez, también son hijos de un padre y una madre,
 no importa si ya murieron, si los conocimos o no.

Nadie tiene el poder de cuestionar este sistema en el que nace.
Tampoco puede negar a su familia, sin negarse a sí mismo.
Estamos ligados con profundos lazos de lealtad a nuestra familia,
y seguimos las leyes que la dirigen y la unen.

Como un árbol, que tiene su forma y su lugar
en el que crece a su propia manera.

El orden viene primero,
después viene el amor.
Bert Hellinger  observó y  comprobó
que el amor puede desarrollarse en un orden correcto;
si existe un desorden, el amor, aunque sea grande, no puede fluir.

Ahora bien, antes de observar las relaciones más detalladamente,
quiero que prestemos atención a algo muy importante:
La teoría sistémica se trata de la investigación
 de las relaciones entre los fenómenos
y no de la naturaleza de los fenómenos.

Lo mismo se aplica en el trabajo
de constelaciones Familiares y los Órdenes del Amor,
también se refiere a las relaciones.
Las relaciones no son fijas,
tampoco las actitudes o características de los miembros de la familia,
pues éstos cambian en distintos contextos.
 Por eso se puede asfixiarlos.
Por eso no tiene sentido decir
que una persona “es” de tal manera, sino que “parece ser”,
de esta forma conseguimos información
sobre el sentido del comportamiento y también del funcionamiento del sistema.


ÓRDENES DEL AMOR- PARA EL LOGRO DE LA RELACIÓN
Bert Hellinger menciona
  tres condiciones para el logro de la relación.

El primer Orden es: La Vinculación
Cada ser humano tiene la necesidad de estar vinculado.
El niño siente la vinculación como amor y felicidad,
 no importa de qué manera crece, ni en qué circunstancias
y no importa cómo son los padres.
El hijo sabe que pertenece, ese saber y ese vínculo es amor.
Uno tiene que ver el poder de esa vinculación,
porque por ese amor, el hijo es capaz de sacrificar su vida.

El segundo Orden es: El Equilibrio entre el Dar y el Tomar
Todos los sistemas humanos
tienen la tendencia y la necesidad de equilibrarse.
Esto es una ley natural
que se muestra en las relaciones como la necesidad
de dar y tomar.

Hay que diferenciar:
el intercambio entre un hombre y una mujer en pareja,
es distinto al intercambio entre padres e hijos.

Una pareja tiene la necesidad de equilibrar entre dar y tomar.
Pero en la relación entre padres e hijos
no se puede lograr el equilibrio de la misma manera,
pues los padres dan y los hijos toman.
Los hijos nunca pueden dar a los padres lo que ellos recibieron.
Porque el equilibrio tiene que ver también
con el tiempo y el orden sigue una jerarquía:
Aquéllos que vinieron antes dan
a aquéllos que vienen después.
Esto funciona también en la fila de los hermanos.

El tercer Orden se refiere a:  Las Normas y Reglas del Grupo
En todas las relaciones se desarrollan
normas, reglas, rituales, convicciones y tabúes
que tienen valores para todos los miembros.
De esta manera se estructura una relación
en un sistema con órdenes y reglas.
Estos órdenes son conocidos y visibles,
pero detrás de éstos actúan órdenes invisibles,
ya anticipados, que no se dejan negociar.

Resumiendo, 
se puede decir que existen tres necesidades elementales
que son responsables para lograr una relación
y la conciencia está al servicio de las tres.

Una relación tiene éxito
solamente si estas tres condiciones están ejecutándose a la vez.
No hay vinculación sin equilibrio entre dar y tomar 
y sin reglas; no hay equilibrio sin vinculación y reglas; 
y no hay reglas sin vinculación y equilibrio.

Cuando uno quiere dar solamente,
se queda en la posición de tener pretensión.
Esta actitud se encuentra en personas que trabajan en el ámbito de ayuda,
dan pero no quieren tomar.
Otros se niegan a tomar,
quieren guardar su inocencia;
de esta manera se sienten sin la obligación y superiores
a aquéllos de quienes toman.
Esta negación se dirige muchas veces hacia los padres de familia;
de esta manera la persona se siente vacía e insatisfecha.

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