EFICACIA
TERAPÉUTICA DE LAS SALES DE SCHÜSSLER
Las
Sales de Schüssler son doce sales minerales
que
se hallan en el organismo humano
-en
mayor o menor medida-
y
son imprescindibles para su correcto funcionamiento
por
lo que la carencia de una o varias de ellas puede propiciar
la
aparición de una serie de disfunciones y trastornos
que
acaben provocando algunas de las llamadas enfermedades.
De
ahí que a propuesta del médico alemán Wilhelm Heinrich Schüssler
hoy
se utilicen terapéuticamente de forma homeopática
para
armonizar el metabolismo
y estimular
su capacidad autocurativa
logrando
cada una de ellas
la
mejora de funciones metabólicas específicas.
LA
SAL ADECUADA
¿CÓMO
Y CUÁNDO PUEDEN AYUDARNOS LAS SALES?
Debemos
tener presente que las Sales de Schüssler
NO
proporcionan al cuerpo los minerales que necesita,
sino
que
Ayudan
al organismo a compensar alteraciones
en
la distribución y absorción de los minerales.
Por
ejemplo,
el
dolor provocado por calambres en los músculos intestinales
puede
darse en alguien que se alimente adecuadamente
y
que reciba suficiente magnesio.
Entonces,¿por
qué sufre calambres?
Schüssler
llamó a este fenómeno “trastorno de la distribución molecular”.
Esto
quiere decir que los iones de magnesio del cuerpo
no
están disponibles cuando se los necesita,
es
decir,
“la
sal pertinente no está en el lugar adecuado en el momento adecuado”.
Es
en este punto cuando la Sal de Schüssler Magnesium phosphoricum
ayuda
ya que soluciona el trastorno de la distribución de los iones,
de
forma que las partículas de magnesio
alcanzan
las células musculares y consiguen calmar el dolor
provocado
por los calambres.
Presentamos LAS 12 SALES DE SCHÜSSLER
Nr.
1. Calcium fluoratum.
Ayuda
en los problemas de piel, uñas y huesos.
Nr. 2. Calcium phosphoricum.
Ayuda
a la cicatrización, curación y el crecimiento.
Nr. 3. Ferrum phosphoricum.
Inflamaciones
y lesiones.
Nr.
4. Kalium chloratum.
Eficaz
para las membranas mucosas.
Nr.
5. Kalium phosphoricum.
Fortalece
los músculos y nervios.
Nr.
6. Kalium sulfuricum.
Inflamaciones
crónicas y problemas cutáneos.
Nr.
7 Magnesium phosphoricum.
Dolores
y calambres.
Nr.
8. Natrium chloratum.
Regula
el metabolismo líquido.
Nr.
9. Natrium phosphoricum.
Estabiliza
el metabolismo.
Nr.
10. Natrium sulfuricum.
Ayuda
a la desintoxicación y la excreción.
Nr.
11. Silicea.
Refuerza
tendones, cartílagos y huesos.
Nr.
12. Calcium sulfuricum.
Drena
el líquido infectado / flujo de pus.
Con
la ventaja de que no hay peligro de excederse en la dosis
ya
que el cuerpo sólo aprovecha lo que necesita y el resto lo expulsa.
No
hay pues efectos secundarios iatrogénicos
y
no se conocen contraindicaciones.
Se
trata, en suma, de un remedio centenario,
natural,
de utilidad contrastada y completamente inocuo
que
se puede utilizar como preventivo
o
como complemento de cualquier otra terapia o tratamiento.
SCHÜSSLER,
UN PIONERO DE LA MEDICINA
Corría
la segunda mitad del siglo XIX
cuando
el “padre” de la Homeopatía, el Dr. Samuel Hahnemann,
descubrió
experimentalmente la utilidad de las llamadas sales inorgánicas
para
la recuperación de la salud;
sin
embargo, no llegó a precisar su empleo terapéutico.
Por
eso años más tarde retomaría esas investigaciones completándolas
el
doctor Wilhelm Heinrich Schüssler
y
de ahí que lleven su nombre.
Es
más, a él se atribuye el desarrollo de lo que en la actualidad
se
conoce como Bioquímica,
es
decir, la ciencia que estudia la composición y estructura química
de
los seres vivos y la dinámica de sus procesos metabólicos.
Hoy,
además de tenerle por un pionero,
muchos
profesionales de la salud le consideran
un
revolucionario de la Medicina de su tiempo
ya
que consiguió dar con un nuevo método
de
prevención y tratamiento de las enfermedades que,
basándose
en los principios propios de la Homeopatía,
limitó
a sólo 12 los más de 1.000 remedios que la misma utiliza.
En
cuanto a su método de estudio
cabe
explicar que el doctor alemán se basó en el análisis pormenorizado
de
las cenizas en que quedan convertidos los distintos tejidos humanos
tras
su incineración constatando así
que
todos ellos están básicamente compuestos por
12
sales inorgánicas esenciales para las células
y
además que cada tejido del cuerpo tiene una base mineral diferente.
Concluyendo,
como
resultado de sus investigaciones,
que
si los tejidos no reciben la cantidad adecuada
de
cada una de esas sales
se
desequilibra el metabolismo celular
provocando
la aparición de muy diversas dolencias.
Coligiendo
luego, mediante experiencia clínica,
que
dichas dolencias desaparecen
cuando
los tejidos reciben de nuevo las sales requeridas
en
cantidades muy pequeñas.
“Para
Schüssler
–explica
Günther Heepen, médico, psicoterapeuta
y
presidente de la Sociedad Bioquímica Alemana-
si
se mantiene una adecuada nutrición
la
actividad celular será normal
y
no habrá enfermedad.
Y
para nutrirse las células humanas
necesitan
compuestos orgánicos complejos
y
las sustancias inorgánicas o minerales que él determinó.
Es
decir, la deficiencia de una sal mineral
impide
que las células asimilen y utilicen los compuestos orgánicos
y,
por tanto, desde esta concepción,
los
déficits de sales inorgánicas son la causa última de la
enfermedad.
Por
lo que mediante el aporte de esas sales minerales
puede
restablecerse la nutrición y el metabolismo celulares
y,
con ello, la salud”.
Así
lo dejó escrito el propio Schüssler
cuando
en 1874 dio a conocer los principios de su terapéutica
–basada
en los postulados homeopáticos sobre asimilación y similitud de
sustancias-
a
través de la obra
Una
terapéutica abreviada fundamentada
en
la histología y la patología celular.
En
ella puede leerse que
:“…si
en el curso de una enfermedad
se
retrasa la curación espontánea
se
deben entonces administrar
las sales
minerales adecuadas, en forma molecular.
Estas
moléculas pasan a la sangre a través de la mucosa bucal
y
desencadenan en el foco de la enfermedad
un
vivo movimiento molecular;
es
decir,
se
pone en marcha de nuevo el intercambio de sustancias
entre
las células sanas y las enfermas
lo
que hace que se produzca la curación”.
En
suma,
cada
sal inorgánica actúa
como
agente funcional fisiológico del organismo
pues
su aporte faculta a las células
para
aumentar su capacidad de absorción de las sales
contenidas
en los alimentos
y
así, restablecido el equilibrio molecular,
devolver
al organismo la salud.
Con
la ventaja añadida de que la afinidad de cada tejido
con
una sal determinada
permite
que ésta llegue directamente
al
órgano, hueso, músculo, etc.,
que
se encuentra debilitado por su carencia.
En
resumen, para Schüssler
cualquier
expresión fisiológica
-incluidas
las facultades intelectuales y las motivaciones psíquicas o
emocionales-
está
íntimamente relacionada
con
los cambios químicos que se producen fuera y dentro de las células,
y
se debe a la carencia de una o varias de estas sales.
De
ahí que los profesionales de la salud
que
aplican el método del médico alemán
recomienden
suplementar la dieta con una o varias de estas sales
para
suplir carencias concretas de la persona y, además,
desencadenar
una serie de reacciones en su organismo
que
le acaben devolviendo al estado de equilibrio interno
y,
por tanto, de salud.
LAS
12 SALES DE SCHÜSSLER
Como
decimos, el doctor Schüssler
centró
su terapéutica en las 12 sales minerales
que
componen la sangre y los tejidos humanos
estableciendo
de cada una de ellas una clínica
y
unas indicaciones que más de un siglo después
siguen
sorprendiendo por su exactitud.
Y
es que el repertorio bioquímico
de
este investigador alemán proporciona
–según
los cada vez más profesionales de la salud
que
retoman sus postulados-
grandes
y muy diversas posibilidades terapéuticas
para
prevenir y tratar numerosas dolencias
de
forma completamente natural y sin riesgo de ningún tipo.
¿Y
cuáles son esas doce sales
tan
necesarias y beneficiosas para el organismo?
Pues
las que enumeramos a continuación
aunque
ya advertimos que por cuestión de espacio
sólo
hacemos una breve reseña
de
las propiedades e indicaciones más importantes
de
cada una remitiendo a los lectores interesados en ampliar los datos
a
los numerosos documentos publicados sobre ellas:
Natrium
muriaticum, Natrum muriatica o Cloruro de sodio
Es
la sal sódica más importante
pues
es absolutamente vital
para
el buen funcionamiento de músculos y nervios
además
de estar presente en
huesos,
tejidos cartilaginosos, estómago y riñón.
Es
imprescindible en
el
metabolismo hídrico de las células,
la
presión osmótica
y
el equilibrio ácido-base
e
interviene en la excitabilidad nerviosa,
en
la neoformación celular,
en
la hematopoyesis
(es
decir, en la formación o producción de elementos celulares de la
sangre),
en
la producción de jugos gástricos
y
en la estimulación del metabolismo de la piel y las mucosas.
Está
especialmente indicada en casos de
abatimiento,
acné,
adelgazamiento,
alergias,
amigdalitis,
anemia,
anorexia,
artritis,
artrosis,
asma,
astenia,
atonía
intestinal,
blefaritis,
caída
del cabello,
cálculos
renales,
cáncer
de boca,
caspa,
catarro
gastrointestinal con diarrea acuosa,
catarro
mucoso con secreción serosa,
cefaleas,
depresión,
deshidratación,
difteria,
dispepsia
ácida,
dolor
de cabeza menstrual,
dolor
reumático,
eczema,
edemas,
encías
sangrantes,
enfermedades
de la piel,
entumecimiento
de las extremidades,
erupciones
exudativas en piel,
estreñimiento,
excitabilidad
nerviosa,
falta
de concentración,
fatiga
mental,
fiebre,
gastroenteritis
aguda,
gonorrea,
halitosis,
hemorroides,
hernia
de hiato,
herpes
recidivante,
hipertensión,
hongos,
hipo,
hipoacidez,
impotencia,
insolación,
insomnio,
lagrimeo,
laringitis,
lipotimia,
padrastros,
palpitaciones,
paperas,
pérdida
de memoria,
pérdida
de peso,
prurito
vaginal,
pulso
débil,
rinitis
crónica,
rinofaringitis,
seborrea,
sed
constante,
sequedad
de la piel,
sinusitis
y
verrugas, entre otras dolencias.
Natrum
phosphoricum, Natrum phosphoricao Fosfato de sodio
Localizada
en
las
células nerviosas,
los
músculos,
los
hematíes
y
el tejido conectivo
ayuda
a eliminar el ácido úrico,
participa
en el metabolismo del ácido láctico,
neutraliza
la acidez del organismo,
resulta
un buen remedio para las inflamaciones de las mucosas
(en
general disminuye la tendencia a la inflamación),
neutraliza
los efectos tóxicos de los radicales libres,
evita
la descalcificación
y
tiene una suave acción purgante además de purificar la sangre.
Su
carencia puede provocar trastornos digestivos
-entre
otros problemas-
y
se recomienda su uso en casos de acidez estomacal,
aftas,
agujetas
y
acúmulo de ácido láctico en los músculos,
ardor
de estómago,
artritis
con acumulaciones ácidas,
cálculos
renales,
catarro
nasofaríngeo,
cólicos
gástricos e intestinales,
conjuntivitis,
deseo
sexual extinguido,
deshidratación,
diabetes,
diarrea
fermentativa,
digestiones
difíciles,
dolor
abdominal o de espalda,
eructos
acompañados de acidez,
espasmos
causados por acidez estomacal,
estados
febriles con una transpiración de olor ácida,
esterilidad,
exceso
de ácido láctico,
faringitis,
fiebre,
flatulencia,
gastritis,
gota,
gusto
ácido,
hernia
de hiato,
hiperacidez,
hiperuricemia,
hongos,
lumbago,
náuseas,
parásitos
intestinales,
reflujo
ácido,
reumatismo,
sueño
intranquilo,
trastornos
renales y biliares,
trastornos
del metabolismo de las grasas y vómitos.
Natrium
sulphuricum, Natrum sulphuricao Sulfato de sodio
Localizada
en los líquidos intersticiales
esta
sal de efecto descongestivo y detoxificante del organismo
en
general es un eficaz activador
del
flujo biliar y de la función hepática.
Se
encarga de eliminar el exceso de líquidos del cuerpo.
De
ahí que sea la sal bioquímica de elección en dolencias
que
afecten a los órganos de excreción y de drenaje
(hígado,
vesícula biliar, riñón, vejiga, etc.)
y
que se la recomiende en casos de
asma,
bronquitis
crónica,
colecistitis,
congestión
hepática,
congestión
pulmonar pasiva,
conmoción
cerebral,
diarrea,
edemas,
erupciones
cutáneas,
fiebre
intermitente,
hemofilia,
hepatopatías,
heridas,
infección
exudativa gripal con edema y congestión,
inflamación
de las vías biliares,
inflamaciones
e infecciones de los dedos cerca de la uña,
micción
involuntaria,
molestias
reumáticas con hidrartrosis,
paludismo,
psicosis,
sarpullidos,
trastornos
hepáticos y biliares,
tumores
benignos en el ano,
úlceras
exudativas de las piernas,
uretritis
crónica,
verrugas
y
vómitos biliosos.
Kalium
muriaticum, Kali muriaticao Cloruro de potasio
Forma
parte de todas las células.
Posee
efectos específicos sobre
la
excitabilidad nerviosa y muscular
ocasionando
su déficit
graves
alteraciones de la musculatura lisa y estriada
además
de catarro, congestión bronquial y reumatismo articular.
Actúa
como activador metabólico
e
interviene en la síntesis proteica,
especialmente
de fibrina
que
sirve de unión y soporte de todas las partes del cuerpo,
en
especial de las articulaciones.
Está
indicada en la segunda fase
de
los procesos inflamatorios
y
es el remedio de elección
en
caso de lesiones de la piel o de las mucosas.
Además
regula los mecanismos
de
eliminación del agua del organismo,
se
encarga del funcionamiento de músculos y nervios,
y
participa en la secreción de ácido en el estómago.
Asimismo,
como interviene en los procesos de asimilación
su
carencia puede provocar
desnutrición,
pérdida
de peso
y
dificultades en el aprendizaje
y
la comprensión intelectual.
Las
principales indicaciones de esta sal son
acné,
abscesos,
amigdalitis,
ampollas,
aftas,
blefaroconjuntivitis,
bronquitis,
caída
del cabello,
cáncer
de la boca,
caspa,
cataratas,
cefaleas,
cistitis,
diarreas,
difteria,
edemas
articulares,
efectos
secundarios de las vacunas,
eructos,
escarlatina
y
fiebres eruptivas,
estomatitis,
estreñimiento,
faringitis,
fiebre
puerperal,
fiebre
reumática,
flatulencia,
forúnculos,
fotofobia,
hemorroides
sangrantes,
hepatopatías,
hinchazones
glandulares,
indigestiones,
inflamaciones
de la garganta, nariz y oídos,
juanetes,
laringitis,
lupus,
meningitis,
náuseas,
neumonía,
paperas,
pleuritis
fibrinosa,
problemas
respiratorios,
pulmonías,
quemaduras,
resfriado
con obstrucción nasal,
reumatismo,
rinitis
aguda y crónica,
secreciones
con pus,
sinusitis,
sueño
intranquilo,
tendovaginitis
y
verrugas, por mencionar sólo algunas.
Kalium
phosphoricum, Kali phosphoricao Fosfato de potasio
Es
importante para las células
hemáticas,
musculares y nerviosas
en
las cuales su déficit produce una marcada
hipofunción
acompañada de trastornos psíquicos
y
pérdida de memoria.
Esta
sustancia es la encargada
de
que la actividad nerviosa y muscular
funcione
correctamente.
Además
distribuye los iones de potasio en el organismo
y
previene la degeneración y atrofia celulares.
En
cuanto a sus indicaciones,
se
recomienda para casos de
agotamiento
psicofísico,
amenaza
de aborto,
amigdalitis,
anemia,
angina
de pecho,
anorexia,
ansiedad,
apatía,
asma,
atrofia
muscular progresiva,
calambres,
cáncer
de boca,
cardiopatías,
ciática,
convulsiones,
debilidad
corporal y psíquica,
demencia
senil, depresión,
diabetes,
diarreas
dispepsia,
dolor
de los dientes,
dolor
muscular,
encías
sangrantes,
enterocolitis,
enuresis,
esclerosis
múltiple,
estados
infecciosos e inflamatorios con secreción fétida,
estomatitis,
estrés,
fiebre
tifoidea,
halitosis,
hemiplejía,
hemorragias,
hernia
de hiato,
herpes
simple y zoster,
hipotensión,
impotencia
sexual,
incontinencia
urinaria,
insomnio,
jaquecas
nerviosas,
lumbalgias,
nerviosismo,
neurastenia,
oídos
sensibles,
otitis,
paraplejía,
paresias,
pérdida
de memoria,
pulso
débil,
sonambulismo,
tics
nerviosos,
úlcera
estomacal,
vértigo
y zumbido de oídos,
ntre
otros.
Kalium
sulphuricum, Kali sulphuricao Sulfato de potasio
Forma
parte de la epidermis,
de
las células epiteliales mucosas,
de
los huesos, de los músculos
y
de las uñas.
Participa
en el transporte del oxígeno a las células
y
de sustancias de desecho a los órganos de expulsión.
Además
se considera imprescindible
en
el tratamiento de patologías dermatológicas y hepáticas,
estimula
los procesos de desintoxicación
y
está indicada para tratar las inflamaciones
con
secreciones mucopurulentas.
Es
útil en casos de
acné,
angina
de pecho,
asma,
bronquitis
crónica,
caída
del pelo,
caspa,
cataratas,
catarros
purulentos crónicos,
conjuntivitis,
descamación
de la epidermis,
dermatitis,
eczema,
epitelioma,
escalofríos,
escarlatina
y
fiebres eruptivas,
forúnculos,
hemiplejía,
hemorroides,
hepatitis,
hiperuricemia,
indigestión,
inflamación
crónica de la membrana nasal,
inflamación
de la pelvis renal,
menstruación
escasa y dolorosa,
náuseas,
nefritis,
palpitaciones
nocturnas,
psoriasis,
pulso
débil,
reumatismo
articular doloroso,
rinitis,
seborrea,
sequedad
de los labios
y
trastornos de las uñas.
Calcium
fluoratum, Calcarea fluorica o Fluoruro de calcio
Está
presente en
el
esmalte dental,
los
huesos,
las
células epidérmicas
y
las fibras elásticas del tejido conectivo
en
el que produce un efecto de sostén,
de
mantenimiento de la elasticidad
y
de reabsorción de endurecimientos vasculares.
Además
también es necesaria para fabricar y dar consistencia
a
las uñas y para que se fije el calcio en los huesos.
Actúa
como regulador del grado de tensión de los tejidos
de
tal forma que los ablanda si están endurecidos
-como
en el caso de las cicatrices-
o
los reafirma si están laxos
-como
ocurre con las varices o las hemorroides-.
Esta
sal está indicada en casos de
pérdida
de elasticidad de los vasos sanguíneos
(hemorroides,
varices, arteriosclerosis, etc.),
enfermedades
óseas
y
dentales (incluida la caries),
problemas
articulares,
lesiones
discales,
debilidad
corporal,
envejecimiento
cutáneo prematuro,
endurecimiento
tisular,
raquitismo,
trastornos
cardiacos vasculares,
hernias,
cataratas,
etc.,
es
decir, procesos de relajamiento crónico de tejidos.
Pero
además se recomienda esta sal en casos de
acné,
aneurismas,
arrugas,
articulaciones
dolorosas,
bocio,
cáncer,
cansancio,
cicatrices
problemáticas,
conjuntivitis,
crujidos
articulares,
dientes
que se mueven,
encías
sangrantes,
esguinces,
esmalte
dental deficiente,
estrías,
exceso
de capa córnea (queratina),
fatiga
crónica,
fibromas,
grietas
de la piel y los labios,
hemorragias
nasales,
hernia
discal,
inflamación
nudosa de la glándula mamaria,
lengua
agrietada,
lumbago,
lupus,
luxaciones,
osteomalacia
(ablandamiento de los huesos),
osteoporosis,
pérdida
de elasticidad vascular,
pérdida
de memoria y/o de capacidad intelectual,
piel
dura y agrietada,
prostatitis,
psoriasis,
quistes
sinoviales,
reumatismo,
sinusitis,
trastornos
cardiovasculares y respiratorios,
tos
con expectoración,
tumores
de los huesos,
tumores
glandulares,
úlceras
de la boca,
úlceras
varicosas,
uñas
deformadas,
verrugas
endurecidas
y
vómitos.
Calcium
phosphoricum, Calcarea phosphorica o Fosfato de calcio
Es
la sal más abundante del organismo.
Actúa
sobre todos los tejidos corporales
-en
los que fortalece su estructura-
además
de sobre las membranas celulares
-haciéndolas
más permeables al intercambio de materiales-.
Resulta
imprescindible
durante
las épocas de crecimiento y desarrollo
así
como en casos de fracturas
porque
favorece la recuperación al acelerar
el
proceso de soldadura del hueso.
Tiene
también acción coagulante sobre la sangre,
interviene
en la formación de los glóbulos rojos,
es
necesaria para un adecuado aprovechamiento del calcio
y
promueve el crecimiento suministrando la base principal
para
los nuevos tejidos además de ser un excelente tónico
con
el que recuperarse más rápidamente tras una enfermedad aguda.
Indicada
en el tratamiento de alteraciones de
tipo
nervioso,
amenorrea,
amígdalas
inflamadas,
anemia,
ansiedad,
artrosis,
asma,
astenia,
ausencia
de apetito,
bocio,
calambres,
cataratas,
cefaleas,
ciática,
convalecencia,
coxalgia,
debilidad
de la columna vertebral,
debilidad
física,
diarrea,
embarazo,
enfermedades
óseas y dentales,
enuresis,
esguinces,
flatulencia,
fotofobia,
fracturas
óseas,
hemorragias
nasales frecuentes,
ernia
abdominal,
herpes
zoster,
hiposecreción
ácida del estómago,
huesos
pequeños y débiles,
incontinencia
urinaria,
mala
memoria,
nefritis,
ojos
resecos e inflamados,
osteoporosis,
otitis
crónica en los niños,
palpitaciones,
procesos
pulmonares,
raquitismo,
retrasos
en la dentición,
trastornos
del sueño,
trastornos
menstruales,
vegetaciones
y
vértigo, entre otras dolencias.
Calcium
Sulphuricum,calcarea sulphurica o sulfato de calcio
Se
encuentra en la bilis y en los aminoácidos
–principales
constituyentes de las proteínas-
y
es responsable de la estimulación necesaria
para
que el organismo pueda producir hormonas y enzimas.
Además
activa la curación de heridas o lesiones que supuran,
se
asocia a los procesos de desintoxicación del organismo,
purifica
la sangre
(contribuye
a eliminar de ella los corpúsculos ya gastados)
y
estimula el metabolismo del tejido conjuntivo.
Tradicionalmente
se considera adecuada
para
tratar abscesos,
acné
juvenil,
alergias
de la piel,
amigdalitis,
bronquitis,
catarros
con mucosidad espesa,
cistitis,
conjuntivitis,
diarrea,
eczema
e hinchazón glandular,
enfermedades
del hígado,
enfermedades
eruptivas,
estados
catarrales crónicos con pus,
fiebre,
fístulas
en el ano,
forúnculos,
gota,
heridas
que tardan en curar,
herpes
zoster,
inflamación
de la vejiga,
irritación
labial,
otitis,
prostatitis,
quemaduras,
reumatismos
localizados con infecciones focales
de
la región nasofaríngea y ótica,
rinitis,
sarpullidos,
sinusitis,
supuraciones,
trastornos
pulmonares crónicos
y
úlceras (incluidas las corneales).
Magnesium
phosphoricum, Magnesia phosphorica o Fosfato de magnesio
Forma
parte
del
cerebro,
los
hematíes,
el
hígado
y
la tiroides,
y
participa en los sistemas
óseo,
muscular y nervioso.
De
hecho su principal propiedad
es
la de amortiguar los impulsos que los nervios envían a los músculos.
Esto
significa que si hay carencia de esta sal
podremos
sufrir espasmos y cólicos de órganos huecos como
por
ejemplo, la vesícula biliar.
Se
trata pues de una sal antiespasmódica.
Además
es
analgésica,
antialergénica,
antitrombótica,
hipocolesterolemiante,
cardioprotectora
e
interviene en múltiples procesos enzimáticos.
Se
considera adecuada para casos de
agotamiento
nervioso,
angina
de pecho,
ansiedad,
asma
bronquial,
ataxia
locomotriz,
bostezos
espasmódicos,
calambres,
caspa,
cervicalgia,
ciática,
colecistitis,
cólicos,
convulsiones,
cuadros
espasmódicos acompañados de intenso dolor,
diarreas
acuosas con dolor abdominal
dismenorrea,
dispepsias,
dolor
de muelas,
dolores
nerviosos espasmódicos,
enuresis,
epilepsia,
esclerosis
múltiple,
espasmos
dolorosos,
estreñimiento,
excitabilidad
neuromuscular y cardiaca,
falta
de olfato,
fiebres,
flatulencia,
fotofobia,
herpes
simple y zoster
,
hipo,
insomnio,
aquecas
fuertes,
lagrimeo,
meteorismo,
migrañas,
neuralgias,
opresión
cardiaca,
palpitación
espasmódica del corazón,
Parkinson,
retención
de orina,
tartamudeo,
tos
convulsiva,
trastornos
menstruales
y
zumbido de oídos, entre otras situaciones.
Ferrum
phosphoricum o Fosfato de hierro
Es
la principal ayuda bioquímica de la sangre
y
de los órganos hematopoyéticos.
Es
imprescindible para la síntesis de hemoglobina,
de
la que supone tres cuartas partes del total.
Tiene
la propiedad de atraer al oxígeno
con
lo que contribuye a que este gas se fije a la sangre
para
que las células del organismo estén más oxigenadas.
Así,
aumenta el nivel de energía de la persona
además
de potenciar su sistema inmune.
Asimismo
estimula la formación de glóbulos rojos,
es
el remedio principal para la primera fase
de
procesos inflamatorios y febriles,
se
le considera muy importante en los procesos de
crecimiento,
gestación y lactancia
y es
un excelente tónico general para el organismo.
Sus
principales indicaciones son
alergias,
anemia,
abscesos,
afecciones
de garganta,
amigdalitis,
aneurisma,
bronquitis,
bronconeumonía,
catarros
nasales,
cistitis,
congestión
pulmonar,
conjuntivitis,
contusiones,
dificultades
de concentración,
dolor
de oídos,
enuresis,
epilepsia,
estreñimiento,
faringitis,
fiebre,
gota,
gastritis
catarral con vómitos,
hemorragias,
heridas,
hernia
abdominal,
incontinencia
urinaria,
infecciones
diversas,
inflamaciones
agudas,
laringitis,
meningitis,
neumonía,
orina
en sangre,
orzuelos,
otitis,
pérdida
de apetito,
resfriados,
ronquera,
sarampión,
sequedad
vaginal,
síntomas
reumatoides,
sobrecarga
física,
sofocos
de la menopausia,
sordera,
supuración
de oídos,
tics
nerviosos y tos, entre otras.
Silícea
u Óxido de silicio
La
Sílícea forma parte de
pulmones,
ganglios linfáticos y glándulas suprarrenales
pero
también es componente del tejido conectivo.
De
hecho es fundamental para la constitución de
la
piel, las uñas, el cabello, las mucosas y los huesos
teniendo
funciones importantes en estas estructuras
como
son activar la formación de colágeno
(es
decir, de la proteína necesaria
para
el desarrollo de cartílagos, tendones, tejido conjuntivo y huesos
así
como dar resistencia al cabello y a las uñas),
aumentar
la capacidad de resistencia mecánica de los tejidos
e
intervenir en la absorción del calcio de los alimentos
para
su posterior fijación en los huesos.
Además
estimula la fagocitosis frente a las infecciones
y
activa la reabsorción de hematomas y derrames.
Asimismo
tiene la propiedad de
descongestionar
las zonas del cuerpo bloqueadas
por
sustancias de desecho
y
hacer que éstas sean arrastradas
hasta
la superficie corporal permitiendo así
que
el organismo elimine pus en casos de procesos infecciosos.
De
ahí que se la considere el remedio principal
en
casos de supuración
–de
hecho, se ha denominado a esta sal como
el
“bisturí homeopático”-
pero
también de fístulas óseas, caries y orzuelos.
También
está indicada en
abscesos,
acné,
amigdalitis
frecuentes,
anemia,
arteriosclerosis,
artrosis,
astenias
física y psíquica,
ataxia
locomotriz,
blefaritis,
bocio,
bronquitis
crónica,
bulimia,
caída
del cabello,
cáncer,
cefalalgia,
constipación,
convulsiones,
coxalgia,
demencia
senil,
dermatosis,
derrames,
desmineralización,
dientes
flojos,
difteria,
dismenorrea,
efectos
indeseables de la vacunación,
enuresis,
epilepsia,
esterilidad,
exceso
de apetito,
falta
de atención,
fístulas
en el ano,
fisura
anal,
furunculosis,
gonorrea,
hematomas,
hemorroides,
hipersensibilidad
al frío,
hiperuricemia,
inflamación
e infección de los dedos cerca de la uña,
incontinencia
de orina,
jaquecas,
lepra,
mala
cicatrización,
mastoiditis,
neurastenia,
otitis
aguda y crónica,
parasitosis
intestinal,
pezones
agrietados,
piorrea,
problemas
del crecimiento,
propensión
a la supuración,
prostatitis,
prurito
vaginal,
quistes
sebáceos,
raquitismo,
reumatismo
crónico,
sinusitis,
sonambulismo,
sordera,
sífilis,
tos,
tuberculosis,
tumores
mamarios,
úlceras
bucales,
úlcera
varicosa,
uñas
quebradizas,
uretritis
crónica,
varices,
vegetaciones,
vértigos
y
verrugas.
¿CÓMO
TOMARLAS?
El
propio doctor Schüssler observó
que
tomar habitualmente de forma homeopática estas sales
prevenía
la manifestación de muy distintas enfermedades
y
aliviaba numerosas alteraciones biológicas o dolencias.
Y
estableció una serie de pautas e indicaciones que,
más
de un siglo de intensa experiencia después,
siguen
constituyendo una guía terapéutica de notable sencillez
cuyos
remedios producen los resultados esperados
de
forma natural e inocua.
Como
en su momento explicó deben tomarse
al
menos 15 minutos antes de las comidas o una hora después.
Y
durante el tratamiento evitar la ingesta de
grasa
saturada,
os
estimulantes fuertes
y
los alimentos fritos o muy condimentados
además
de enriquecer la dieta con suficiente fruta y verdura.
Lo
más frecuente es encontrar las sales
en
forma de comprimidos que se deben dejar disolver en la boca
sin
necesidad de agua u otro líquido.
Es
importante que se dejen disolver lentamente
para
que la mucosa bucal absorba mejor las sales
y
lleguen lo más directamente a la sangre
evitando
el tránsito por el tracto gastrointestinal.
Cuando
se necesite tomar más de una sal
lo
adecuado es alternarlas:
un
día una, otro día otra.
Aunque
como las concentraciones
en
las que se emplean son infinitesimales
y
no hay interacciones entre ellas
pueden
tomarse las doce juntas
ya
que el organismo sólo asimilará las que necesita.
Eso
sí, tenga paciencia.
El
tratamiento debe seguirse durante un tiempo prolongado
para
recuperar el equilibrio perdido aunque,
obviamente,
la rapidez con que se logre dependerá
de
la gravedad e intensidad de la alteración.
En
todo caso recuerde que se trata de un tratamiento
natural,
efectivo y sin efectos secundarios.
Y
que, lentamente, puede mejorar considerablemente su salud.
Fuente:
Discovery Salud
Copiado
de: http://barcelonalternativa.es
Historia
¿QUÉ
ES LA BIOQUÍMICA DE SCHÜSSLER?
Muchos
de nosotros hemos oído hablar alguna vez de la bioquímica,
este
término fue acuñado
por
el Doctor Wilhelm Heinrich Schüssler hace más de 130 años.
Schüssler
adoptó el término griego “química”,
que
es el estudio de los elementos,
y
le añadió la palabra “bios”,que significa vida.
El
término “bioquímica”
hace
referencia a los procedimientos y reacciones
que
se producen de manera natural en el organismo,
como
la respiración, la digestión o el metabolismo.
La
bioquímica también indica el tratamiento que Schüssler desarrolló
después
de muchas y largas investigaciones.
La
terapia se limita a doce sales minerales
que
tenemos en el organismo de manera natural
y
que ingerimos cada día mediante nuestra alimentación.
Schüssler
descubrió que a partir de estas Sales
se
podían elaborar remedios mucho más efectivos
que
los puros minerales de nuestra alimentación.
Las
sales minerales de Schüssler
pueden
estimular o restaurar las funciones corporales,
e
incluso corregir los trastornos funcionales del organismo.
Aunque
Schüssler hablaba de moléculas salinas,
se
ha demostrado que las sales minerales se crean
mediante la unión de metales y no
metales,
que
toman forma de iones y átomos cargados eléctricamente.
DE
LA HOMEOPATÍA
A
LA BIOQUÍMICA
Wilhelm
Heinrich Schüssler nació en Bad Zwischenahn,
cerca
de Oldenburg, en la región Alemana de Ammerland en 1821.
Debido
a los pocos ingresos que obtenía su padre,
ayudó
económicamente a su familia
trabajando como profesor de idiomas
durante muchos años.
Con
31 años empezó a estudiar medicina en París
sin
poseer ningún título de secundaria.
Pasado
un tiempo, se trasladó a la universidad de Berlín
y
se licenció en Giessen.
En
Oldenburg abrió una consulta médica,
donde
trataba enfermedades y ayudaba en partos.
Muy
pronto se centró en la homeopatía,
con
la que trató a sus pacientes durante 15 años.
El
desarrollo de sus métodos y la fabricación de las Sales
estuvieron
influidos por las teorías básicas
del
descubridor de la homeopatía; el Dr. Samuel Hahnemann
(1755-1843),nacido
en Meissen.
EL
PRINCIPIO DE SIMILITUD EN HOMEOPATÍA
La
homeopatía se basa en el principio de similitud.
Por
ejemplo, una persona sana que toma café por la noche
puede
perder el sueño
debido a su efecto estimulante en el
sistema nervioso.
La
persona se siente cansada,
pero
la agitación de su mente la mantiene despierta.
Si
una sustancia como el café
puede
provocar tales molestias (síntoma),
también puede usarse, de acuerdo
con
el principio de similitud de Hahnemann,
como un remedio para trastornos
parecidos.
Así, si un paciente sufre insomnio o
algún síntoma parecido
causado
por la excitación del sistema nervioso,
se
pueden utilizar los granos de café de forma diluida para su
tratamiento.
A
través de muchas investigaciones,
Hahnemann
determinó qué tipo de síntomas
provocaban
varias sustancias del reino
animal,
vegetal y mineral
en
la salud de las personas.
A
través de este proceso llamado “prueba homeopática”,
se
elabora una lista de los síntomas
según
cada sustancia, que se resume en un cuadro de remedios.
Desde
entonces, el número de remedios homeopáticos
ha
aumentado hasta 11500.
Para
hallar el remedio de una enfermedad,
el
terapeuta debe comparar los síntomas del paciente
con
los distintos cuadros de remedios.
En
la homeopatía no hay un solo remedio para una enfermedad,
sino que el objetivo es encontrar
un remedio
que
ayude al paciente por igual,
es
decir,
para
sus síntomas, sentimientos y carácter.
Es
por ello que el tratamiento homeopático
es
un proceso muy complejo
que
requiere mucho tiempo
y
una gran experiencia por parte del homeópata.
LA
POTENCIACIÓN
Para
que el remedio homeopático consiga su máxima eficacia
se
diluye con agua, alcohol o lactosa,
de
acuerdo con un procedimiento estandarizado que desarrolló Hahnemann.
La
dilución se produce en pasos de 1:10
(1
parte de la sustancia con 9 partes de diluyente: dilución decimal)
o
1:100(1 parte de la sustancia con 99 partes de diluyente: dilución
centesimal).
En
la disolución decimal, las letras “D”o “X”
acompañan
al nombre del remedio.
Cuando
se diluye por primera vez una sustancia
en
una proporción de 1:10,
a
esta sustancia se le llama potencia D1
la
segunda dilución (D1 con 9 partes de diluyente) se le llama D2
y
así sucesivamente.
LA
BÚSQUEDA DE NUEVOS REMEDIOS
A
finales del S.XIX, hubieron cambios y descubrimientos revolucionarios
en
el campo de la medicina;.
El
catedrático Rudolf Virchow (1821-1902),
patólogo
del hospital Charité de Berlín,
investigó
el funcionamiento de las células.
Poco
después, el científico y fisiólogo holandés
Jacob
Moleschott descubrió la importancia de las sales minerales
para
el funcionamiento de los organismos humano y animal.
En
este período, Schüssler llevaba varios años buscando
un
nuevo método de tratamiento.
Quería alejarse de la infinidad
de
remedios homeopáticos del momento
e
idear una terapia en la que se utilizaran pocos medicamentos.
Schüssler
se inspiró en una frase de Moleschott
publicada
en un trabajo científico, que decía lo siguiente:
“...las
sustancias que permanecen
después
de la combustión de los tejidos humano y animal,
llamadas
cenizas,
son
la base que dan forma al tejido y establecen su tipología.
No
hay hueso sin fosfato cálcico,
no
hay cartílago sin sal,
no
hay sangre sin hierro,
no
hay saliva sin cloruro potásico”.
Schüssler
quería descubrir
qué
sales minerales
(además
de las descritas por Moleschott)
eran más habituales en el cuerpo.
Así
que analizó las cenizas de los cadáveres de un crematorio
y
averiguó que
en
los diferentes tejidos y órganos
predominan
distintas sales minerales.
En
el tejido muscular encontró básicamente
fosfato de potasio y fosfato de
magnesio,
en
las membranas mucosas encontró
cloruro potásico (= Kalium chloratum)
y
en el tejido óseo encontró
fosfato
cálcico.
Para
el pensamiento homeopático de Schüssler,
esto
sólo fue un pequeño paso
hacia
la idea de utilizar las sales de un tejido
como
un remedio para enfermedades de ese mismo tejido.
Por
ejemplo, las Sales que se emplean
en
las enfermedades musculares
son
el fosfato de potasio y el fosfato de magnesio.
ELABORACIÓN
DE LOS REMEDIOS
Los
trabajos de investigación que había realizado Virchow
dejaron
claro a Schüssler que las Sales
debían
llegar directamente a las células enfermas.
Pero,
¿cómo conseguirlo?
Sus
conocimientos en homeopatía le ayudaron;
como
en la elaboración de remedios homeopáticos:
mediante
varias disoluciones las sustancias
se
distribuyen en partículas tan finas
que
consiguen entrar en el interior de las células.
Siguiendo
este método,
Schüssler
elaboró potencias homeopáticas
a
partir de sales minerales.
Y
es como se crearon las sales de Schüssler.
Schüssler
realizó otro gran descubrimiento:
cuando
las sales en polvo se mezclaban con agua
y
el paciente se lo bebía en pequeños sorbos,
la
mayor parte del medicamento
no
llegaba al estómago sino que era absorbido
por
las membranas mucosas de la boca.
De
esta manera, se conseguía un efecto rápido.
ÉXITO
Al
final Schüssler realizó sus primeras pruebas:
administró
fosfato de magnesio a pacientes con calambres musculares
y
en unos minutos, los síntomas desaparecieron por completo.
Fue
un gran descubrimiento.
En
este momento, Schüssler estaba seguro
de
que su investigación iba por muy buen camino
y
continuó trabajando con gran esfuerzo y entusiasmo.
El
tratamiento fue un éxito rotundo,
incluso en casos donde otros
tratamientos habían fracasado.
Trató
a más de 1.000 niños con difteria mediante cloruro potásico,
mientras
que los médicos, con sus métodos habituales,
perdían
toda esperanza viendo como sus pacientes morían
a
causa de esta enfermedad.
Schüssler
llamó a su método
“Terapia abreviada, basada en la
histología y en la patología celular”.
Quería reducir al máximo el número
de medicamentos
y
esperaba que fuera suficiente con 12 Sales medicinales.
Durante
mucho tiempo estuvo preocupado por la sal número 12
(sulfuro
de calcio, Calcium sulfuricum),
hasta
que decidió que no debía formar parte de su farmacopea
ya
que otras sales servían para ese mismo uso.
No
obstante, sus sucesores la reintrodujeron de nuevo
cuando
descubrieron su eficacia para trata
r
la ulceración,
el
reumatismo,
la
inflamación de los ganglios linfáticos
y
los trastornos del hígado.
Después
de muchas investigaciones exhaustivas
y
de verificar sus teorías mediante la práctica,
Schüssler
publicó sus descubrimientos en 1874.
En
un principio causó una gran impresión,
pero
pronto criticaron su trabajo hasta ridiculizarlo.
Finalmente,
el interés por su trabajo desapareció,
pero
Schüssler no se dejó desanimar por el rechazo de sus compañeros.
Convencido
de que estaba en lo cierto,
mejoró
y amplió su método,
al
que simplemente llamó “bioquímica”.
AVANCES
Schüssler
únicamente prescribió las Sales que él mismo había creado.
Las
once pomadas medicinales fabricadas
a
partir de las sales no se introdujeron hasta que murió.
Estas
pomadas se pueden usar de forma adicional o exclusiva
para tratar problemas de
articulaciones o enfermedades cutáneas,
dado
que el principio activo finamente pulverizado
suele
alcanzar la zona afectada más rápidamente a través de la piel.
Las
Sales de Schüssler
pueden
utilizarse en otras en forma de compresas o en baños.
Schüssler
recomendaba el uso de compresas
para
problemas cutáneos como
hematomas,
cortes y picaduras de insectos.
Aplicaciones en los OJOS!
Algunas de estas sales tienen aplicaciones concretas en los problemas de los ojos:
- Ferrum phosphoricum:
inflamación, ardor, enrojecimiento. Jaqueca, con aversión a la luz.
Dolor en el globo de los ojos al moverlos.
Sensación de polvo o arena en los ojos. Orzuelos.
- Kalium chloratum:
Supuración mucosa, blanquecina, de los ojos. Retinitis.
Fastidia como si hubiera arena entre los ojos.
- Kalium phosphoricum:
Debilidad de la potencia visual.
Estrabismo. Debilidad de los parpados.
- Kalium sulphuricum:
Catarata. Costras amarilla en los parpados. Conjuntivitis.
- Magnesium phosphoricum:
Defectos de la visión, chispas de colores delante de los ojos,
aversión a la luz, pupilas contraídas, manchas, puntos flotantes delante de los ojos.
Dolores agudos, cortos, en los parpados.
Neuralgias sobre ojos, especialmente del lado derecho.
Sensibilidad al tacto. Alivio con la aplicación del calor.
Lagrimeo y dolor en los parpados.
- Natrium sulphuricum:
Color amarillo de la conjuntiva,
con lagrimeo y ardor en le borde de los parpados.
- Silicea:
Es un remedio muy importante en las enfermedades del saco lacrimal.
Orzuelos, blefaritis, quistes en los párpados.
- Calcium sulphuricum:
Abscesos en la córnea (Silícea).
Inflamación de los ojos, con flujo espeso y amarillo.
Formación de pus en la cámara anterior.
Conjuntivitis y keratitis flictenular, con hinchazón de los ganglios cervicales.
Dosificación: Consultar con un terapeuta:
En las enfermedades agudas conviene proporcionar el remedio cada 2 horas
y cuando es crónica cada 12 ó 24 horas,
siempre distanciar las tomas según mejoría
y repetir dosis cuando el producto está produciendo buenos efectos.
Si la primera dosis no produce efecto se repite.
La dosificación en niños será de 3 glóbulos y en adultos de 6,
la dilución de las sales deber ser a la 5 ó a la 6 en potencia decimal,
los remedios deben darse alternando no deben mezclarse en ningún caso.
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