Para John C. H. Wu, sin cuyo apoyo jamás hubiera osado hacer esto.
Estas "lecturas" propias surgieron de la comparación de cuatro de las mejores traducciones de Chuang Tzu a las lenguas occidentales: dos al inglés, una al francés y una al alemán. Al leer estas traducciones, encontré marcadas diferencias y me di cuenta de que todos los que han traducido a Chuang Tzu se han visto obligados a ejercitar enormemente la imaginación. Sus ideas reflejan no sólo su grado de academicismo chino, sino también su propia captación del misterioso "camino" descrito por un maestro que escribió en Asia hace casi dos mil quinientos años.
Estas "lecturas" no son, pues, un intento de reproducción fiel, sino una aventura en el terreno de la interpretación personal y espiritual. Inevitablemente, cualquier versión de Chuang Tzu ha de ser muy personal. Creo que un cierto tipo de lector disfrutará de mi forma intuitiva de abordar a un pensador que es sutil, gracioso, provocativo y no fácil de abordar.
Y no estaría de más añadir que he disfrutado escribiendo este libro más que con cualquier otro que pueda recordar. De modo que me declaro tozudamente impenitente. Mis relaciones con Chuang Tzu han sido de lo más gratificadoras.
He sido monje cristiano durante casi veinticinco años y finalmente uno llega a ver la vida desde un punto de vista común a todos los solitarios y ermitaños de todas las épocas y culturas.
Su temperamento filosófico es, creo, profundamente original y sensato.
Es básicamente simple y directo.
A Chuang Tzu le interesa la captación existencial directa de la realidad en sí misma.
Puede ser presentada en forma de una parábola, de una fábula o de una historia graciosa acerca de una conversación entre dos filósofos. No todas las historias son necesariamente del propio Chuang Tzu. De hecho, algunas son sobre él. El libro de Chuang Tzu es una recopilación en la que ciertos capítulos son, casi con seguridad, obra del propio maestro, pero muchos otros, especialmente los más tardíos, son obras de sus discípulos. La totalidad del libro de Chuang Tzu es una antología del pensamiento, el humor, los chismorreos y la ironía que eran corrientes en los círculos taoístas del mejor período, los siglos IV y III a. de C. Pero la totalidad de las enseñanzas, el "camino" contenido en estas anécdotas, poemas y meditaciones, son características de cierta mentalidad que aparece por doquier en el mundo, un cierto gusto por la simplicidad, por la humildad, el silencio.
El "camino" de Chuang Tzu es misterioso, porque es sencillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradezco el comentario.